martes, 20 de noviembre de 2007

La salida de la discoteca

Caricias entre amigas

Caricias entre amigas

Me llamo Susana, ante todo gracias a todos los que me habéis leído, sobre todo aun más agradecida a aquellos que me habéis dicho escribiéndomelo. Agradezco de corazón que os haya gustado y que os haya sido tan placentero.

El relatar mis historias, es fácil ya que son reales, las he vivido y las he sentido, lo complicado me resulta a veces el poderla plasmarlas, el escribirlas, por la dificultad de buscar las palabras para expresarme lo que sentí, sobre todo en ese momento.

Os he comentado mas de una vez, que siento mucho el no poder daros mi móvil, tuve una mala experiencia por lo que decidid no volverlo a dar, algún día os la contare lo que me ocurrió (siempre que queráis y me lo pidáis).

Sabéis como soy, pero siempre hay un despistado que me pregunta por mis rasgos. Me definiría como una persona divertida, alegre, con sentido del humor y con ganas de descubrir cosas nuevas, pecadora de las borracheras, bastante loca. Soy una ardiente chica del sur de Andalucía, de 21 años, morena y bisexual. Soy conciente que mi forma de vestir, me hace más destacable para ser manoseada, aunque no soy ni fetichista, ni exhibicionista, simplemente me gusta vestir de forma que realce mi cuerpo.

Comencemos pues vale presentaciones. Más que una experiencia, es una vivencia que tuve hace un tiempo. Para mi fue una época de cambios, tanto en mi cuerpo como en mi forma de pensar, deseos por descubrir y por explorar. Ante todo, no por ser pesada, os voy a poner un poco en antecedentes.

En aquella época (tampoco hace tanto), tendría unos 17 años. Salía con un chico maravilloso (eso creía yo) Álvaro, atento, generoso, bastante bueno en la cama, pero con el tiempo fue cambiando, la causa fue una broma de un día, la cual el se la tomo como un desprecio hacía su cuerpo, por lo que decidió poner remedio apuntándose a un gimnasio (todavía me siento, en cierta manera culpable).

Comenzó a salir con los chicos del gimnasio, note como empezó a cuidar su cuerpo (al principio no me parecía mal, pero después el tocar ese cuerpo tan fibroso, me dejo de gustar). Su forma de pensar también cambio, antes era cosa de dos pasando a pensar en una sola persona.

Me comenzó a tratar como si fuera de su propiedad, incluso como un objeto, comenzando a discutir casi a diario. Su forma de comportarse en la cama, también cambio daba la sensación de ser una competición, más que de disfrutar entre dos personas que se quieren (será el motivo por lo que los chicos cachas no me van).

Cierto día, mientras que hacíamos el amor, su dulzura fue convirtiéndose en rudeza, cada vez me lo estaba haciendo mas salvaje, sus penetraciones cada vez más dolorosas (no os niego, que al principio me gustaba bastante), pero tuve que quitármelo de encima mía pues me corto todo mi excitación (aunque ya me había echo llegar a varios orgasmo), mirándome con una cara de incrédulo, como si la cosa no fuera con el.

Me incorpore, sentándome sobre un lado de la cama, intente explicarle lo que había echo, sin querer que mi reacción le molestara, pues su cara me dio cierto miedo, cuando creía que Álvaro lo había entendido, le di la espalda para levantarme (grave error por mi parte). Sentí sus manos sobre mi espalda, a la altura de mi cintura, sin apenas darme tiempo de reaccionar me levanto tirándome sobre la cama de golpe, mi rostro choco contra el colchón, mi espalda estaba frente a el, se coloco sentado sobre mis piernas, sujetándome con sus anchas manos sobre mi cintura, tirando de mi hacia el, sacando mis nalgas y colocándome en forma que estaba a cuatro patas (posición de perro).

Mientras me tenia sujeta por una de sus fuertes manos, con la otra empezó a frotarme la vagina hasta humedecérmela, cogio su miembro y de igual manera que sus manos comenzó con su grande a frotar sobre mi pubis, hasta que de un golpe me la introdujo toda dentro (produciéndome desgarros). Comenzó a cabalgarme, me impuso sus embestidas, su ansiedad por poseerme era clara, me sujetaba por mi muñeca fuertemente sobre mi espalda, mientras sentía su salvajismo tan desconocido para mi como esa excitación que le estaba proporcionando.

Comencé a notar, como su ritmo comenzó a disminuir, dándome a entender que su placer iba a su fin, y mi forzamiento también. Pero no se en que momento aprendió a controlar sus orgasmo, pues se detuvo y tranquilamente la saco de mi dolorida vagina (dejado un hilo de sangre), con su mano comenzando a descapillarlo (creo que es como lo llaman los chicos).

Cuando sentí como mi humillación fue a mayor, en el sentido que escupió sobre mis nalgas, sintiendo esa humedad recorrer mis nalgas aprovechándolo con su miembro, a conducirlo hacia mi orificio anal, después de varios minutos frotando sobre mi orificio su miembro, me la clavo tan fuerte como anteriormente hasta notar chocar sus genitales contra mis nalgas (creo que fue tan dolorosa, por que fue mi primera vez que me penetraron por el culo, y me hizo ver estrellas). Sus penetraciones aunque al principio fueron de los mas dolorosa poco a poco me fue gustando, pero no mucho mas de 10 minutos sentí como comenzó a venirse sobre mi su néctar.

Siempre me han dicho la maravillosa muchas amigas, que es una maravilla sentir esa sensación, cuando un chico se corra dentro de nuestro culo. Pero sinceramente os tengo que admitir, que placer no siento nada, cuando mi chico o cualquiera me esta penetrando por mi orificio anal lo que me gusta es la sensación, pero cuando acaba y me la vierte todo su néctar dentro, aunque diga que ha sido maravilloso sinceramente os tengo que advertir que os miento incluso este placer sea a media.

Nada mas acabar, se echó junto a mi cuerpo tendido, sujetándome junto a el. Se calmo y cuando su mente se dio cuenta de lo que había echo, recuerdo su mirada sobre mi mientras me cojia por mi barbilla, pidiéndome perdón, se incorporo, comenzó a vestirse en silencio, una vez acabado se marcho, dejándome echada sobre la cama. Mientras yo comencé a llorar, por mi impotencia, creo que mi inocencia la deje ese día sobre el lecho, pero lo peor fue que lo perdone. Su explicación que no fue el, sino las hormonas que esta tomando que lo cambia, además me acuerdo que me comento que la culpa era en verdad mía pues siempre me fijaba en los tíos musculosos (pensar que a el, le gusta las rubias y no por eso yo me iba a teñir).

Pero de nuevo comenzó, las peleas, hasta que un día tal discusión se nos fue de las manos, mejor dicho nuestra discusión comenzó con insultos, sacándonos los trapos sucios de cada uno, sacamos lo peor de nosotros. Nos gritamos hasta que finalizo con una gran bofetada (mas bien diría yo, fue un puñetazo) sobre mi, cayendo de espalda hacia atrás, lo mire con ojos llenos de lagrimas, mientras que sangraba por mi labio dolorido, me dio tanto miedo que me fui corriendo llorando a casa. A mis padres no le conté nada, ignoraba que yo me acostará con el, por lo que solo se lo podría contar a mi amiga Andrea.

El resto de la semana no dejaba de llamarme para disculparse (como comprenderéis por mi parte había finalizado todo). Me sentía hundida, amargada y bastante mal, hasta se me pasaba por la cabeza el perdonarlo (a veces). Como siempre en los malos momentos siempre encuentras a tus verdaderos amigas, esa persona que te ayuda a intentar a salir de estas situaciones.

Esa persona, sabe como ayudarme a salir de los baches, siendo viernes, me llamo al teléfono invitándome a pasar el fin de semana con ella y sus padres, en la casa de la playa, en la costa de Cádiz (para ser exacto en chipiona). Me dijo que sus padres no nos molestarían, podríamos hablar, desahogarme y todo lo que a mi me ayudará a salir de mi tristeza. Por lo que nada más coger las cosas, me marche a su casa pues iríamos en el coche de sus padres. Nada mas llegar, me enseño donde debía de dejar mis cosas (en su habitación), nos dispusimos a arreglamos y salimos de copas (por la hora, era lo ideal). Regresamos bien entrada la noche, no estaba dispuesta a pensar en nada y mas deseaba, además había cogido un buen "pedo", e incluso desaproveche el coger a un chico para poder darme un buen revolcón.

Nada más llegar a su casa, entramos sin hacer ruido pero sus padres no estaban, ante la falta de sueño, nos dispusimos a ponernos el pijama, coger algo de bebidas y ponernos delante del televisor o hablar de algo. Me puse el pijama (en mi caso solía dormir con la parte de arriba de un pijama de chico y las braguitas), Andrea e igual que yo se coloco lo mismo. Nos fuimos al salón, sentándonos en el sofá. Comenzando a hablar de chicos, de mis relaciones, mis sentimientos y como me sentía yo realmente. La embriaguez se notaba en mi, y un poco menos en ella, entre risas nuestro dialogo se fue alejando hacia el sexo, lo bueno y lo malo de los chicos, lo difícil que serian sustituidos por lo menos a la hora del coito.

Hay comenzó, mi duda como se lo montarían las chicas, extrañeza a la hora de darse un beso, que sentirían o mas bien como seria. No se como ocurrió, pero sujetándome con ambas manos a mi cabeza, Andrea acerco sus labios a los míos (no se lo pensó dos veces), dándome un beso, pero en vez de apártame, seguí con mis labios pegados a los suyos, mis ojos entre abierto con una sensación la cual me deje llevar. Al contrario de lo que pensaba, me gusto, sentí la ternura de sus labios o seria lo que deseaba yo en ese momento. Comencé a entregarme, su lengua fue en busca de la mía, la cual no rehusé, y entregue la mía, uniéndose juntas. Se detuvo, me miro de nuevo a los ojos, volviéndome a dar un beso, pero esta vez fue un “pikito”.

Una vez acabo, fue alejando su rostro del mió, pero sin dejar de mirarme. Comenzamos a reírnos, no nos dijimos nada, nuestras miradas lo decían todo. Con una mirada picara, resonó un que tal de sus labios, con cara de asombro y entre risas, le comente que no se por que me gustaba, que no me sentía ni avergonzada ni enfadada. Nuestra risa, contagiosa, mientras no deje de mirarla, observe como sus manos se dirigían hacia mí. Sentí como sus manos se posaban sobre mis tobillos, como muy lentamente me las acariciaba, comenzando a ascender hacia mis rodillas, posando sus manos sobre cada una de mis rodillas, separándolas y colocándolas junto a las suyas.

Luego comenzó a ascender por mis muslos, hasta detenerse a la altura de mi ingle, me miro a los ojos mientras note como deslizaba su mano por encima de mis blanca braguitas sobre mi pubis. Mi primera reacción tras tragar saliva, la segunda tras no dejar de mirarla entre abrí aun mas mis piernas. Comencé a sentirme muy nerviosa, aunque también bastante húmeda, sus manos empezaron a recorrer mis braguitas. Comencé a sentir escalofríos, mi piel se me puso con carne de gallina. Con mi inocente mirada, seguía mirándola, me dejaba hacer. Con su mirada picarona, no dejaba de recorrer no solo mi rostro, sino mi cuerpo.

Aunque algo me decía, que Andrea sabia mas de lo que aparentaba e incluso de lo que decía. Empecé a notar sus dedos, como se posaba por encima de mi pubis, notaba pues a simple vista se veía mi húmeda (mis braguitas se humedecieron). Comenzó a jugar con la yema de uno de sus dedos, sobre mi hinchada vulva. Frotaba y redondeaba sobre ella, su acción me hizo asta morderme mis labios, me sentí perdida. Me gustaba esa sensación, la verdad es que la echaba de menos, no deseaba que se detuviera y no por lo menos esa noche, pues deseaba que continuara.

Comenzó a hablarme en susurros, sus palabras eran como sedantes, deseaba calmarme, pero cuando quise responderle, rápidamente me dejo en silencio posando su dedo sobre mis labios. Sus ojos lo decían todo, una simple mirada, sobre todo bajando hacia mí entre piernas hasta clavarse en mi pubis. Comenzó de nuevo a acercarse hacia a mi, tanto que su respiración me ardía.

No hacían faltas preguntar, pues nuestros ojos lo decían todo (los míos de confirmación), Observe como su rostro, fue descendiendo hasta perderse entre mis piernas. Su boca se poso sobre mi pubis, mi respiración ajetreada se escuchaba en el ambiente. Entre abrió sus labios, sacando su lengua comenzando a pasármela por encima de mis braguitas sobre mi vagina. Coloco su otra mano (derecha), sobre el borde mis braguitas, sujetándola y echándola hacia lado, mientras que la otra (izquierda), la poso sobre mi muslo a la altura de mi ingle, presionándome a modo de separar mis labios vaginales, para pasar su lengua desde la rajita de mi vagina hasta mi vulva. A modo de inercia, dirigí mis manos hacia mí entre piernas, pero Andrea con una simple mirada deshizo mi acción, acabándola por retirarla.

De nuevo volvió a bajar su mirada, sintiendo la punta de su lengua sobre mi vulva, frotándola en círculos, no pude contenerme alcanzando mi orgasmo humedeciendo su lengua. Me sentí avergonzada, pero note como sus dedos, fueron separando mis labios enrojecidos (mis manos de nuevo, buscaron donde poder sujetarme), frotándome con sus yemas muy suavemente, descendiendo hasta ir introduciéndolos dentro de mi vagina.

Alternaba sus movimientos (para ser una chica que nunca lo había echo, ya había logrado que alcanzará dos orgasmos), se detuvo para comenzar con la yema de su dedo, a frotar mi vulva encharcada, mientras que su lengua recorría mi rajita hundiéndose y saboreando mi dulce néctar. Se incorporo, ascendiendo su cuerpo y dirigiendo sus manos hacia los botones de la camisa de mi pijama, desabrochando uno por uno, ante su atenta mirada. No sabia, lo que pretendía ahora, pero la dejaba hacer, me sentía tan nerviosa como al principio. Mientras me miraba se llevo varios dedos al interior de su boca, sacándolos húmedos, los dirigió hacia mis pechos, posando sobre ellos.

Comenzó a acaríciamelos, note sus dedos húmedos recorriendo mis mamas, hasta llegar a mis pezones, los cuales se encontraban tan duro como piedras. Me indico que hiciera yo mismo que ella, que comenzara de igual manera sobre mis pechos, de esta manera sentiría lo que trasmite mi cuerpo. De nuevo comenzó a descender, sintiendo sus labios por mi cuerpo hasta mi pubis, sin poderlo reprimir solté un grito de placer. La satisfacción que me estaba trasmitiendo, era tan fabulosa que ningún chico hasta el momento me la había proporcionado, aun mas cuando dos de sus dedos, se fueron perdiendo en el interior de mi vagina.

Se incorporo de nuevo, pero esta vez fue para quitarse ella su pijama, quedándose como única prenda sus braguitas. Se acerco hacia mí, colocando sus manos, una a cada lado de mi cintura sobre los bordes de mis braguitas, quitándomelas hasta sacarlas por mis pies, echándolas hacia un lado. Se arrodillo, colocándose ahora mas libre entre mis piernas, hundiendo sus labios sobre mi vulva, chupándomela y succionándomelos, no dejando de gemir. Sustituyo su lengua por sus dedos, frotando e introduciendo sus dedos dentro de mi vagina.

Su boca fue ascendiendo en busca de mis pechos, introduciendo mis pezones en su boca mientras que sentía como me los succionaba, comenzándolos a mordisqueármelos muy tiernamente. Mientras me sujetaba los pechos, me coloque de forma como si estuviera entregándoselos, cogiéndomelos por las mamas, colocándose Andrea de rodillas, entre abriendo sus labios, como si fuera un bebe comenzó a amamantarlos. Deteniéndose, levanto su rostro, se quedo mirándome mientras buscaba mis labios, torpe de mi mas por ansiedad no sabia como entregarle los míos, llevando mis manos a sus pechos tocándolos y sintiendo un tacto tan desconocido hasta el momento, mientras Andrea seguía con dos dedos introducido en mi vagina, penetrándome, a la vez de su dedo gordo comenzó a frotar sobre mi vulva de nuevo, e intercambiándose con la palma de la mano hasta de nuevo alcanzar otro orgasmo, me quede exhausta, no podía mas.

Se detuvo, mirándome me pregunto si me atrevería yo a hacérselo a ella. Como pude me levante, algo mareada por los orgasmos alcanzados, me coloque delante de ella, sujetándole por sus braguitas, se las despoje mandándolas junto a las mías. La miraba y en verdad no sabia como comenzar, me sentía excitada por hacer algo nuevo, algo muy morboso. Noto mi extrañeza, se acerco hacia mi, sujetándome del brazo me tiro hacia el sofá, dejándome sentada y sin dejar de mirarla, se encamino hacia a mi.

Se subió al sofá, colocándose sentada sobre mi rostro, encima de mis labios (hay es donde me dejo claro, que era toda una experta). Mis labios rozo sus labios vaginales, comencé a mover mi lengua, descubriendo un pircing que tenía en su vulva (me indico, que mordisqueará su piercing pues el roce la estimulaba aun mas), por lo que jugué con el, pero sin dejar de estimularme yo misma, seguía frotándome sobre mi vulva al mismo tiempo.

Andrea tan deseosa llevo sus dedos a su vagina, siendo ella quien separaba sus labios e indicándome como y donde debía de chupar. Comenzó a gemir, mientras arqueo su cuerpo hacia atrás, moviendo su brazo hacia atrás, dirigiéndolo hacia mi pubis encharcado, encontrando mis dedos jugueteando allí. Yo de todas formas continuaba chupando, succionando esa rajita, mientras Andrea con su cuerpo sobre mí, con sus piernas bien abiertas, mostrándome lo hermosa que tiene todo, lo depilada que tiene su pubis, anta para pasar mi lengua una y otra vez. Conseguí hacerle alcanzar más de un orgasmo, sin necesidad de órganos masculinos solamente con nuestras lenguas y dedos.

Nos quedamos dormida juntas, nada mas despertarme por la mañana tenía una resaca enorme, apenas recordaba lo que paso la noche anterior, aunque lo que paso creía que era un sueño erótico de los míos. Despertándome cuando se acerco a mí, dándome un suave beso en mis labios, quedándome perpleja.
Una vez desayunamos, cogimos las toallas, algo que beber y nos fuimos a la playa, caminamos hasta encontrar un lugar apartado de todo mirón y moscardones. Una vez llegamos al sitio elegido, colocamos las toallas y nos dispusimos a echarnos sobre ellas. Ni Andrea ni yo, comentamos nada de lo que ocurrió la noche anterior. Ella se sentó sobre la toalla, despojándose de la parte superior del bikini, e invitándome a hacer lo mismo, pero me negué un poco mas bien por pudor a lo ella de tanto insistir, al final me lo quite.

Estábamos tomando el sol, yo casi adormecida, note como mi amiga se coloco detrás de mi, con la excusa de echarme bronceado, note como poso sus manos sobre mi espalda. Recorriendo esta hasta sentir sus manos sobre mis nalgas, sujetando este por los laterales tiro de el hacia abajo, eludiendo que me iba a dejar marcas, me dejo desnuda. Allí nos encontrábamos ambas, en un lugar bastante alejado de nuevo en busca del amor.

Sentí su respiración muy cerca, echada sobre la toalla deseaba que me acariciará, comenzó a recorrer mi cuerpo hasta que se coloco detrás mía, a la altura de mis nalgas. Comenzando a introducir su lengua, note como lamía desde mis nalgas ha mi vagina, dando paso a empezar a frotarme con sus dedos sobre mi vulva. Ascendí mis nalgas hacia arriba de modo que le facilitara su trabajo en mí, comencé a notar como coloco su lengua sobre rajita, recorriendo toda desde mi vagina hacia mi vulva. Comenzó a perforar mis intimidades, comencé a notar sus dedos como se hundía en mi vagina, y muy tiernamente en mi agujero anal.

Entre pequeños gemidos, mordiendo la toalla por evitar posibles observadores alertados por mis gritos. Mi amiga seguía masturbándome, a frotar muy intensamente y a chupar cada pliegue de mis labios, hasta notar como comenzaba a convulsionarme, alcanzando un orgasmo detrás de otro. Hasta que me quede dormida sobre la toalla, me dejo rendida. La muy salida, le gusta más buscar mi placer que el suyo mismo, le excita hacerme alcanzar mis orgasmos, mientras observaba como me quede dormida.

Descubrí una faceta más sobre Andrea, tan nueva para mi, como satisfactoria, siempre digo de una persona no se conoce tan bien, todas tenemos secretos.

Ese fin de semana, fue maravilloso, la pena es que se me hizo cortísimo, aunque fue una experiencia la cual nunca olvidare. Me enseño muchísimo, aprendí mucho dándome cuenta que no solo debo de amar y entregarme a un chico, sino que tengo la opción de poderlo hacer también con una chica. Con el tiempo, no fue la única con quien pude hacer realidad mis fantasías, pero si la única con quien puedo contar si algo me sale mal, Andrea es como si fuera mi bote salvavidas.

Me ayuda, me aconseja, pero es igual de reciproco, aunque hoy día en cierta forma las cosas han cambiado, pues como sabéis esta casada (su marido ignora que ella y yo mantuvimos una relación, de algo mas que amistad sino de flujos).

Espero que os haya gustado, si queréis que siga contaros me lo comentáis pues me gusta mucho recibir vuestros email. Aquellos que queráis contactar conmigo hacedlo a mí dirección de email: susanabix@hotmail.com

Siendo manoseada en el Andé

Siendo manoseada en el Andén

Me llamo Susana, ante todo gracias a todos los que me habéis leído, sobre todo aun más agradecida a aquellos que me habéis dicho escribiéndomelo. Agradezco de corazón que os haya gustado y que os haya sido tan placentero. Con mucho gusto os relataré todas mis experiencias que he mantenido en público.

Os he admitir que siempre me digo a mi misma, esta es la ultima pero es como el tabaco siempre quieres probar una ultima cala, eso me ocurre a mi con el morbo que siento. Necesito esa sensación, ese momento, es difícil detallarlo y aun menos explicarlo lo que siento, pero creo que es ya parte de mi vida.

Siento mucho que mi forma de relatar a muchos les haya molestado, confundido, hasta extrañado e incluso les deje haya dejado con la duda respecto a mi persona. Pero sinceramente quien tiene que saber quien soy en realidad, sería yo misma. De mi ha opinado, un chico lector lo cual me ha gustado muchísimo (algún día se lo agradeceré muy gustosamente), que por mi redacción pongo en evidencia que soy una hembra hambrienta de deseo y satisfacción (no lo sabes tu bien).

Como he comentado más de una vez, siento mucho que los chicos de mi misma ciudad no podáis probar mis gustos, aun más algunas fantasías conmigo, pero prefiero que sean chicos de fuera de mi provincia para evitar malos rollos (no se si me entendéis, además aquellos que sabéis quien soy, pues ya ha probado mi pecado, os agradecería que en la calle no me digáis nada, por fa).

De mi sabéis como soy, pero no por pesada os lo volveré a decir siempre hay algún despistado que me lo pregunta, soy una chica ardiente del sur de Andalucía, de 21 años, bisexual, morena. Soy una sin vergüenza integral, simpática, muy buena gente, una pecadora de las borracheras, bastante loca... Vamos una chica con la que se puede pasar un buen rato. Soy conciente que mi forma de vestir, me hace más destacable para ser manoseada, aunque no soy ni fetichista, ni exhibicionista, simplemente me gusta vestir de forma que realce mi cuerpo.

Procuró que mis experiencias sean buscadas por mi, pero no siempre lo logro, será la causa que al final sean tan satisfactorias. Esta nueva experiencia me ocurrió hace algo más de un año, la recuerdo bastante bien, por que fue la noche en la que fuimos a celebrar la despedida de soltera de Andrea.

Durante ese día, no pensaba en otra cosa, que haríamos esa noche, como lo pasaríamos. Una vez que llegue a casa me puse a buscar en el armario que ponerme (aunque falda ya tenía, pues me compre una para la ocasión), la falda era tableada negra muy cortita, una blusa roja de satén (provocativa), medias de ligas, un sujetador blanco de encajes sin tirantas, unas braguitas a juego, y una chaqueta para quitarme el frió de la noche.

Estaba súper nerviosa, nada más llegar la noche, fuimos a cenar al restaurante italiano San Marcos, donde la velada prometía bastante. Más tarde nos fuimos en un microbús (alquilado), a una sala de stripper llamada Cariban boys (especialista en despedidas de soltera), en Dos Hermanas, un pueblo de Sevilla. Donde la fiesta comenzó a desmadrarse. A lo largo de la noche, comencé a beber más de la cuenta, poniéndome en evidencia, lo peor fue que la puse a ella, además de colocarla en más de un atolladero.

Por debajo de la mesa empecé a acariciar sus piernas, en busca de pubis, que note que se encontraba tan húmedo como el mío. Me levante par ir en busca de un chico, que la pusiera a mil, indicándole donde y como debía de tocarle (me costo una buena propina), la visión de mi amiga con ese pulpo encima me puso aun mas caliente de lo que estaba, el chico estaba bastante bueno, Andrea trataba de quitárselo de encima hasta que lo consiguió. Imaginaros lo bien que me lo estaba pasando, que hasta cogí a un boy para mi sola, nos fuimos fuera, a su coche a pasar el rato, pero el chico al final no cumplió tanto. Mas atento que debía de actuar sino lo echarían, hasta se puso moralista, eludiendo que clientes y personal no debía de mezclar trabajo con placer (una tontería creo yo, pues ellos trabajan proporcionando placer).

Bueno la cuestión, es que la embriaguez me toco bastante, de regreso a la sala, solamente quedaba Andrea pues las chicas se habían marchado, encima en el microbús. Por lo que nos fuimos a la estación a coger un cercanía de regreso a casa, estábamos bastante tranquilas por que su padre (menos mal que era el suyo), en teoría era quien nos iba a venir a recoger a la estación.

Durante el trayecto, no dejaba de comentarme que se encontraba bastante molesta con mi actitud. Esa noche esperaba de mi lo mejor que una amiga debe de darle y siendo su mejor amiga mi comportamiento era desaprobadle. Daba mas la sensación que era una salida, que la amiga que se alegraba de su compromiso, entre balbuceo le comentaba que por una parte me dolía bastante, que al casarse se separar aria de mi. Que sentía un poco de envidia, hacia ella aunque eso si sana, pues mis relaciones nunca han funcionado y la suya si (con un chico maravilloso).

Le pedí disculpa por mi actitud, dándonos un abrazo, me agarre junto a ella, en su regazo, me decía que no me preocupaba, que las cosas no iban a cambiar. No recuerdo bien en que momento, le comente lo bueno que estaba su chico, aunque ella ya sabe mi admiración hacia José, comentándole que merecía darle un buen revolcón, estuve fuera de lugar, y que no debería habérselo dicho, pues note algo de recelo en ella, una pizca de celos. Pero sujetándome con una mano por mi mejilla, me dio un beso en los labios.

Una vez llegamos a la estación bien entrada la mañana, no recuerdo la hora exacta, pero creo que serian sobre las 5.00 de la mañana. Bajamos del vagón, buscando un banco donde sentarnos, y un teléfono pues el móvil se había quedado sin batería. Caminamos hacia el fondo, cerca de los servicios, pues comencé a sentirme mareada empezando a vomitar. Me ayudo a sentarme sobre un banco metálico que había, aunque mi cuerpo se resbalaba por el, y en mi cabeza daba todo vuelta. Notaba el frió del banco sobre mi piel, me daba la sensación que mi falda se habría subido y habría dejado mis muslos mas al descubierto.

Andrea me comento que aguantara un poco pues se iba a acercar a una cabina, mientras que yo esperaba. Entre cerré los ojos, para aliviar mi mareo, cuando note una presencia a mi alrededor, al principio creía que ella, no se había marchado todavía. Sentí que sentó junto a mi, mi vista ennublecida hacia que apenas pudiera ver, pero me dio la sensación que esa persona debía ser un hombre, por su vestimenta de traje y corbata. Comenzó a hablarme, a preguntarme cosas que apenas podía ni recordar, aunque por mi boca apenas podía emitir palabra alguna, pues eran balbuceos.

Sentado junto a mí, note como su pierna comenzó a pegarse junto a la mía, chocando una y otra vez contra mi muslo. Paso su brazo alrededor de mis hombros, deje caer mi cabeza sobre su cuerpo, notando como en verdad no se trataba de mi amiga. Esta persona extraña comenzó a ascender su mano por mi cuello, acariciándome hacia arriba, recorriendo mi rostro con sus dedos hacia mi boca, tocando y frotando mis labios e intruso introdujo varios de sus dedos dentro. Para segundos después sacarlos, comenzando a descender por encima de mi blusa, tocando mis pechos hasta el final de esta. Me sujeto por el elástico, comenzando a subirla hacia arriba hasta dejarla por debajo de mi cuello.

Dejando mi sujetador blanco a la vista de sus ojos, que no me duro mucho la verdad pues sentí como poso su mano sobre el tirando también hacia abajo, hasta saltar mis pechos fuera. Una de sus manos rápidamente, comenzó a estrujarlos entre sus dedos, no perdía el tiempo, quise gritar al sentirme como estaba siendo manoseada hasta sentí un poco vejada, pero mis sonidos, sonaban como si estuviera amordazada (sentía la lengua áspera).

Su otra mano comenzó a descenderla, en dirección a mi entre pierna, a mi pubis, tocándome por encima de mis braguitas, tubo que notar lo mojada que me encontraba. Note que se acerco a mi rostro, pero sería el olor que desprendía mi boca o los restos de excremento que había en el suelo (de haber vomitado), la causa de haber desistido a besarme (yo tampoco lo hubiera echo). Su mano que estrujaba mi pecho, sujeto de nuevo mi sujetador, tirando aun mas de el, hasta dejarlo sobre mi hombrigo.

Aprovechando este para pellizcarme mis pezones con más libertad, intentaba reponerme una y otra vez, pero sin éxito. Mi cuerpo resbalaba sobre el respaldar del banco, mientras que sentía como con una de sus manos no dejaba de masajearme los pechos, la otra no dejaba de acariciar mis muslos. Comencé a notar, como comenzó a recorrer desde mis rodillas hasta mi pubis, notaba como se introducía por la parte interna de mis muslos. Mi embriaguez difícilmente podría ocultarla, por lo que mi disposición a sus manoseos era total (humillada, como en mis sueños).

Sentía una y otra vez como pasaba sus dedos, como recorría mi húmeda rajita sobre mis labios vaginales, parándose en mi vulva frotándola. Lleve mis manos hacia mi entre pierna, pero por mas que empujaba su mano para que dejara de manosearme, sus fuerzas eran mayores a las mías, se que me habían abandonado hace tiempo (pensaba donde coño, habría ido Andrea a llamar).

Note como su mano, bajaba hacia mis braguitas, pero en vez de introducirla en su interior, comenzó a abrirme las piernas como podía. Agarro mi falda por el borde, subiéndola hacia arriba hasta dejarla enganchada en mi cintura con el elástico de esta. Ahora comenzó a descender hasta introducirla por dentro de mis braguitas, comenzando a pasarme sus dedos por mi vulva muy suavemente, se deslizaban hacia mi vagina frotándola con sus yemas, notaba como volvía a ascender para tocar muy intensamente sobre mi monte de venus. Intente echar mi cuerpo, hacia delante e intentar cerrar mis piernas, pero no tuve éxito, pues me introdujo un dedo dentro de mi vagina que me hizo ponerme mas rígida.

Mi cuerpo comenzó a abandonarme, pues mis pezones ya duros y mi vagina comenzando a disfrutar, tuve que entregarme. Sentía una y otra vez como una sensación muy placentera recorrer mi cuerpo. Por debajo de mi falda, dentro de mis braguitas, sentía su mano, como sus dedos frotaban mi vagina, como introducía un dedo dentro de mi vagina. Como notaba como me entraba y salía, mientras que otro frotaba mi vulva. Comenzó a separar mis labios vaginales, provocándome una sensación muy placentera logrando mi primera sensación placentera, un orgasmo que aunque intentaba que no me viniera, no pude remedirlo.

Saco su mano de mis braguitas, note como se giro, como si estuviera observando, estaría estudiando el perímetro o a caso habría alguien mirándonos, pero se volvió a girarse. Note su respiración sobre mi pecho, pasando mas tarde a notar su húmeda lengua recorrer mis mamas, succionándolas y recorrer mi aureola hasta llegar al pezón, he de admitir que al igual que el yo estaba disfrutando. Mis pechos, primero uno tarde el otro, estaba siendo ultrajados por un extraño, que al igual como si fuera un niño comenzó a pellizcarme los pezones, a aplastármelo con su dedo empujándolo hacia dentro.

De nuevo note, como esta vez se levanto, ignoraba sus intenciones, sentí sus manos sobre mis muslos (estaba agachado frente a mí), comenzó a recorrer mis muslos hacia arriba hasta llegar a la cintura, sujeto mis braguitas, tirando de ellas fuertemente hacia abajo recorriendo mis piernas hasta sacarla por los pies. Volvió a sentarse, comenzando de nuevo a frotar mi vagina, mostraba ahora mas libertad pues empezó a frotarme con la palma de la mano, con toda amplitud. Masturbaba mi vagina, se detenía para con varios dedos frotar mi vulva y recorrer los labios vaginales, note de nuevo el preludio de un nuevo orgasmo, dejándome aun más exhausta de lo que estaba.

Comencé a mover inconcientemente mis piernas, por la excitación. Pero me sentía tan excitada, que de nuevo note como introducía sus manos acariciarme toda mi entre pierna. Estaba chorreante, sentí como mis propios jugos recorría mis muslos. No sabía que experiencia debía de tener, pero me frotaba muy bien con sus dedos. Sentí en ese momento como mis pechos se encontraban libres, eso significaba que sus dos manos estarían cerca de mi pubis.

Exactamente, note como una mano la poso sobre mi muslo a la altura de mi ingle, comenzando a masajearme, sentí como los dedos de su mano izquierda comenzó a separar mis labios vaginales, los dedos de su mano derecha (el dedo gordo para ser exacto), comenzaba a frotar mi clítoris suavemente al principio para introducirlo con delicadeza. Sería por el gusto que me estaba proporcionando o no se por que, comencé a abrir mis muslo, facilitándole su masturbación en mi.

No se cuantos orgasmos tuve, pero mientras este extraño personaje me frotaba comencé a sentirlo de nuevo, no quería que se detuviera en ese momento, por lo que como inercia coloque mi mano sobre la suya, sujetándola fuertemente, este noto lo que de nuevo me iba a ocurrir por lo que sentí como comenzó a acelerar sus metidas y salidas, sintiendo como una avalancha de placer y un latigazo sintiéndola desde la misma medula, recorría mi cuerpo, mi cuerpo a punto de desmayarse pero sin perder el conocimiento.

Lo peor venia por venir, en vez de dejarme en ese estado casi de letargo. Note como se incorporo, agachándose ante mí, coloco ambas manos sobre mis muslos a modo de tenerme bien abierta de piernas, para ir introduciéndome su cabeza entre mis piernas. Me quede un poco desconcertada pues no esperaba que ocurriera esto, comencé a notar una oleada de placer de nuevo, pero diferente al anterior, empecé a sentir placeres ocultos hasta ese momento, hasta el punto que comencé a gemir bien alto (este me mandaba a callar, mas de una vez).

Su lengua húmeda y caliente, recorría mis labios vaginales, me los succionaba con sus labios, mientras me mordía mis labios, hasta me tuve que agarrar al respaldar del banco (daba la sensación que estaba clavada a el, en brazos en cruz). Su lengua comenzó a recorrer mi vagina, con movimientos de arriba hacia abajo, frotaba mi vulva e incluso se introdujo mi botoncito de lujuria, succionándomelo una y otra vez, no se cansada de proporcionarme tanto placer y yo menos de recibirlos (me dio en cierta pena, que el se quedara tan caliente), no solo notaba su lengua como me saboreaba de izquierda a derecha en círculos, sino me dos de sus dedos eso si con mucha delicadeza y suavidad, produciéndome varios orgasmos seguidos.

Cuando notaba como mi cuerpo se convulsionaba por los orgasmos que notaba estaba encharcada en mi propio jugo. Escuche de lejos unos gritos, este maravilloso extraño se detuvo (maldiciendo el momento), se levanto y echo a correr, no se ni me importa a donde se dirigió pues me había dejado de lo mas satisfecha. Apareció mi amiga, al principio se disculpo por la tardanza, extrañada me pregunto que había ocurrido, mientras yo aun seguía jadeando (pensaba que cacho de cabrona, pues creo que seguramente lo habría echo a posta, por que no muy lejos de donde yo me encontraba, se divisaba una cabina).

Me ayudo a incorporarme, nos dirigimos hacia los servicios, dándonos cuenta al no encontrarla que se había llevado mis braguitas (seguramente como trofeo), en los aseos me asee debidamente, me enjuague en un bidet que había en un cuartillo de mantenimiento (seguramente de las mujeres de la limpieza), una vez finalice salimos en dirección a la calle, no antes nos tomamos un café para despertarme.

Sinceramente creo que Andrea permitió que me ocurriera, en cierta parte seguramente me lo mereciera, era su forma de castigarme por mi comportamiento. Mas tarde ya en su casa, mas despierta sin tener borrachera, me contó con todo detalles lo que aquel extraño me hizo, lleno mis lagunas, al final y todo se lo tuve que agradecer (lo que es la vida).

Espero que os haya gustado, si queréis que siga contaros me lo comentáis pues me gusta mucho recibir vuestros email. Aquellos que queráis contactar conmigo hacedlo a mí dirección de email: susanabix@hotmail.com

Mis inicios siendo manoseada

Mis inicios siendo manoseada

Me llamo Susana, ante todo gracias a todos los que me habéis escrito. Os agradezco que os haya gustado y haya sido tan placentero como es para mí. Con mucho gusto os relataré todas mis experiencias en transporte públicos.
Como sabéis de mí, soy muy morbosa, me atraen los sitios públicos, los Púb de intercambios, me gusta dejarme hacer tanto a chicos como a chicas, ya que me cuesta decir "no". Lo que me atrae es el sexo con desconocido en sitios públicos, aquellos contactos que me piden solo por el hecho de hacerlo, no me entrego de la misma manera, pues pierdo todo ese contacto de lo desconocido y el morbo.

He mantenido una relación estable con una chica hasta hace un par de semanas, pero mi ruptura es por que no comprendo por que cuando tienes pareja esta no te da la libertad que en un principio me ofreció, algunos amigos me han dicho que es el temor a perder a ese ser querido. Ahora estoy saliendo con un chico, pero tranquilos aquellos que seáis los elegidos disfrutareis de mi cuerpo como yo del vuestro. (Os tengo que advertir que no por decirme que soy un "tío", acabaré antes entre vuestras piernas)

Suelo ir casi todo los fines de semana a club de intercambios de parejas, obteniendo bastantes placer en la mayoría. Me desplazo fuera de mi ciudad para mantener mis contactos. (Como he comentado prefiero que sean de chicos de fuera de mi provincia por evitar malos rollos). Tengo un defecto me viene con facilidad, por lo que creo que ya habéis adivinado que soy multiorgasmica.

De mi sabéis mis rasgos, soy una chica muy sexual de 21 años, bisexual, morena (teñida pues era pelirroja), ojos castaños, mido 1.75 cm., 69 Kg., medidas 90 / 59 / 88 aproximadamente. Soy una sin vergüenza integral, muy simpática, fiestera, bastante loca... Vamos una chica con la que se puede pasar un buen rato. Soy conciente que mi forma de vestir me hace más destacable para ser manoseada, aunque no soy ni fetichista, ni exhibicionista, simplemente me gusta vestir de esta manera.

Mis padres siempre me han inculcado que la mujer es ante todo fiel a su pareja, la educación y la familia es ante todo, aunque el matrimonio no va conmigo y mucho menos los hijos. Antes era la de la idea de que si cogiera a mi pareja poniéndome los cuernos, saldría a buscarme otro. Me gusta leer hoy día leo "Los cien golpees de Melissa P." es buenísimo. Me encanta la música, será el motivo por lo que trasnocho tanto. Me gusta beber aunque solo los fines de semana, pero con moderación pues la ultima vez que me emborrache me ocurrió algo que no fue tan divertido (recuerdo muy vagamente como acabe sin bragas, y con un dolor de mi ojete).

Siempre he pensado que me gustaría vivir de noche y dormir de día, hacer alguna locura, hacer una sesión de fotos y por que no la dieta del cucurucho.

Me inicie con un chico hace bastante tiempo tendría entre unos 14 o 15 años. Fue mi primera vez que hice el amor o exactamente el dia que perdi mi virginidad, aunque espero olvidarlo ni siquiera recuerdo como empezó. Es un error de mi vida, no fue como me lo había imaginado, lo que se es que no disfrute, quede defraudada en ese momento pues imaginaba que eso era “amor”, una palabra sin sentido y vacía. El chico fue a lo que fue, a proporcionarse su propio placer y a perder su virginidad y de paso hacérmelo perder a mí. Su miembro sería de unos 14 cm., lo que recuerdo muy bien pues no sabia exactamente donde introducirla, y menos que debía humedecerme a mi primero… Pero bueno eso será otra historia siempre que queráis leerla.

Hoy día salgo con un chico que conozco desde el colegio, al cual sabe de mis gustos y preferencias. Salimos con otras personas, pero os puedo decir que no estoy, pero es un remedio contra las malas lenguas y por hacernos un favor a ambos. De quien estoy realmente enamorada es de un amigo llamado José, cariñosamente le llamo papi y no es por su edad aunque el tenga 36 años. Es el marido de mi mejor amiga, aunque el es mayor que nosotras, no es nada del otro mundo, por su anatomía es normal (ya que los tíos cachas o musculosos no me gustan nada), es dulce, cariñoso, atento, generoso y todo lo que una chica desea de un chico.

Es como decimos los chicos que nos gustan o son maricones o están casados. Lo peor de todo es que mi amiga me cuenta todo sobre ellos, ya que me pide consejo. Me cuenta con todo tipo de detalles su relación, me cuenta que es insaciable, morboso y que cuenta con un miembro fabuloso. Tuve un lió hace un tiempo con el, sin buscarlo y menos esperarlo. Es la persona que yo había soñado, maduro (pues los canosos me vuelven loca al estilo de Richard Gere), comprensivo, morboso y bien dotado en otras palabras, todo lo que una chica como yo podía desear.

Como ocurrió mi primera experiencia, pues os voy a contar como era yo por esa época, mis inicios en este mundo de caricias a escondidas, en manoseos forzado y en placeres morbosos. Por aquella época mediría 1.63 cm., de unos 60 kilos, complexión delgada, de cabellos pelirrojo largo, ojos castaños. Me definiría como una chica sencilla, amable, cariñosa, normalmente decían de mi que soy muy buena gente. Me encanta hacer locuras, de no parar de reír, soy muy sociable y me gusta hacer amigos. En ese momento era heterosexual (aunque os puedo explicar, me atraía el sexo contrario) y no
tenia pareja alguna.

No recuerdo exactamente cuando comenzó a gustarme los manoseos en los viajes, creo que comenzó por mi época estudiantil por el último curso. Cuando deje ir al colegio en el bus de la escuela para irme con mis amigas, como todas las chicas de mi edad cuando salimos de casa vamos muy modositas ya que soy la hija ideal de mis padres en otras palabras soy su hija modelo, pero nada mas salir de casa me revoluciono.

Mi uniforme de colegial es una falda tipo escocesa hasta las rodillas, camisa con corbata y suéter encima o chaquetilla dependiendo si es invierno o verano, medias por debajo de las rodillas y zapatos. Nada mas salir de casa, me aseguro que estoy lo bastante alejada y que nadie me viera, remango mi falda dejándola bastante corta a medio muslo, las medias me las estiro hasta dejarla por encima de mis rodillas como una cuarta por encima, el suéter me lo coloco en mis hombros o en mi cintura.
El pelo depende como halla salido ese día pero normalmente me gusta llevarlo suelto, para finalizar me pinto un poco, ya sabéis los labios y los ojos. Para mas tarde encontrarme con mis compañeras que igual que yo, se han cambiado el lock. Estando todas en la parada del bus nos preparamos con la idea de coger el bus publico e ir a la escuela, este tipo de transporte nos gusta pues nos lucimos y observamos como se les cambian la cara a los chicos, sus ojos son de deseos hacia nosotras e intrusos sus bultos a la hora de bajarse y pasar detrás nuestra nos lo hacen aposta para resfregarce contra nuestros culitos.

Ocurrió un cierto día que íbamos hacía la escuela, el echo no recuerdo exactamente cuando. Lo que si recuerdo que ese día había mucha gente en cada parada el autobús se llenaba cada vez más, hasta que llego un momento que subió tal cantidad de personas que entre las que subían y las que bajaban quede atrapada en la marubunda siendo desplazada al fondo casi aplastada contra la mampara de cristal del bus.

Cuando comencé a intentar reponerme e intentar a mis amigas de donde me encontraba, note como una mano se posaba sobre mis muslos, me quede como petrificada fue deslizándola hacia arriba hasta llegar a mis nalgas. Pensé en formar un escándalo ya que estaba siendo manoseada, alguien se estaba propasando, pero me quede callada pensé que entre tanta gente no me creían, que seguramente acabaría siendo el hazmerreír y sería vergonzoso, por lo que no dije nada dejando lo hacer.

A medida que los minutos esa mano empezó a tocar con más insistencia, notando como con la palma de la mano bien abierta abarcaba aun mejor mis nalgas. Yo me sentía indefensa, pues yo me encontraba con una mano agarraba al apoyabrazos superior sujeto a la barra del techo, mientras que la otra sujetaba mi mochila cargada de libros por lo que no tuve mas remedio de dejarme hacer. Siempre habíamos hablado mis amigas y yo de estas situaciones, de como serían de cómo se sentirían las chicas que son sometidas a esta vejación, pero hasta ese momento no lo había sentido.

Sus manoseos continuaron, por mi cabeza pensaba cuando se bajaría este chico y me dejará ya, o que mi parada estuviera cerca para que me bajará, pero el bus la trayectoria se hacia cada vez mas larga y pausada. Cada vez que se detenía en una parada la recogida de transeunte tardaba cada vez mas por lo que pensé en un complot o algo amañado. Ya no solo sentía una mano sino ambas, pellizcando mis glúteos, agarrándome bien cogida mis nalgas. Notaba como por detrás subía mi falda hasta dejarla a la altura de mi cintura sujetando el bajo con la cintura.

Pero no contento con eso note como introduce su mano por debajo de mi blusa, acariciando mi cintura y subiendo hacia mis pechos, con tal descaró que sabia que nadie nos estaba viendo, posando su mano sobre mi sujetador empezando a recorrer mis pechos por encima hasta agarrar la tira de unión de las copas y tiro de ellos hacia abajo dejando mis pechos libres. Me lo agarro fuertemente con la manos uno de ellos, apretándolos sintiéndolos lo joven que son, me lo empezó a acariciar, subiendo por ellos hasta coger mi pezón y pellizcármelo. Os estaréis preguntando como me sentía verdad, pues no se como me estaba poniendo muy caliente, me estaba excitando no se la explicación, pero empecé a notar como se endurecían mis pechos es una sensación que solo me ocurre cuando a veces me exploro mi cuerpo, aunque os debo que reconocer bastante placentera.

El chico seguía con una de sus mano en mis nalgas, soltándola para agarro mis braguitas tirando fuertemente de ella hacia atrás, rotándola con mi entre pierna incrustándose en mi rajita, comenzó a girar de mis braguitas muy despacio, comenzando como mis labios vaginales se humedecían y notaba como estaba totalmente introducida en mi rajita, para ese momento yo estaba a punto de alcanzar un orgasmo incomprensible para mi. La mano del chico que se encontraba en mi pecho duro, me lo agarraba con la amplitud de su mano soltándolo para ir bajando por mi tórax a mi cintura, recorriendo mi cuerpo pasando por encima de mi falda hasta mis muslos desnudos, notando como esa mano volvía a subir de nuevo acariciando mi joven ingle hasta posar sus dedos sobre mi vulva.

Comenzó a frotar mi vulva, aprovechando como mis braguitas se encontraba entre mis labios vaginales, esto culmino con la llegada de un orgasmo, solté un pequeño gemido al que no pude silenciar. El chico no se detuvo, seguía frotando y presionando mi vulva a hora en círculos, notando como me empezó a escocer y a picar, aunque notaba mi humedad aun mas cuando introdujo uno de sus dedo dentro de mi vagina, echando levemente a un lado mis braguitas, moviéndolo muy suavemente de dentro hacia fuera durante varios minutos, note como se colocaba detrás de mi, restregando su bulto con mis nalgas y colocando su otra mano a la altura de sus pechos agarrando uno y estrujándolo entre sus dedos.

El chico se frotaba contra mis nalgas, se movía en círculos notando como ese bulto duro transmitía su calentura hacía mis nalgas desnudas, todo culmino por un orgasmo por parte de ambos pues no solo sentí de nuevo un orgasmo que me hizo casi desfallecer, sentí mis rodillas abandonarme del placer, sino una humedad en mis nalgas. El chico saco sus dedos húmedos de mi vagina, subiendo su mano hasta introducir sus dedos en mi boca y haciéndome saborear mi propio jugo. Me gusto su sabor pues aunque no puedo explicar su sabor, si os puedo decir que estaba caliente.

A los pocos minutos se abrió las puertas, el chico misterioso, me empujo hacia un lado como una muñeca de trapo, saliendo a la carrera por la puerta y dejarme allí, con la falda levantada por detrás a la vista de algunos, con mis bragas al estilo tanga todavía metida en mi rajita y con el sujetador por debajo de mis pechos. Me sentía sucia, con la sensación de haber sido vejada y humillada (por mi cabeza la palabra violado paso). Aunque eso bastante satisfecha pues alcance dos orgasmos bastante placenteros, y obtenido de una manera hasta ese momento ignorada por mi, dándome una atracción por las situaciones extrema en lugares publico.

Nada más bajarnos les conté a mis amigas lo ocurrido acompañándome a los servicios a asearme, pensé en acercarnos a una jefatura de policía pero desistí. En los servicios me di cuenta que no tenia muestra de semen pues creo que el se corrió dentro de sus pantalones saliendo su semen por la fina tela de sus pantalón humedeciéndose este notando yo su humedad. En la escuela estuve con mi tutora contándole lo ocurrido, la cual me advirtió que el coger el transporte publico nos exponemos a lo ocurrido. Pero al ser sin penetración no se considera violación, lo peor según ella fue el haberme quedado callada pues es una muestra de haber consentido y es culpa nuestra por nuestra aptitud. De todas formas me hicieron una exploración, recomendándome que fuera a visitar un psicólogo para ayudarme.

A partir de ese momento me gusta esa sensación, ese es mi motivo de mi búsqueda de esa sensación tan placentera. Los chicos que han disfrutado de mi saben mis gustos, los demás si tenéis paciencia todos podemos gozar ya que las semanas tienen pocos días y estos tienen pocas horas. Espero que os haya gustado, si queréis que siga contaros mas, me lo decís.

Pues tengo mas de una historia totalmente reales e incluso con chicas. Aquellos que quieran contarme, cualquier cosa os dejo mí email: susanabix@hotmal.com

Forzada a ser manoseada

Forzada a ser manoseada

Hola de nuevo, ante todo gracias a todos los que me habéis escrito. Os voy a contar algunas de mis experiencias en colectivos urbanos.

Me llamo Susana, como sabéis de mí soy una chica muy morbosa, me atraen los sitios públicos, los Púb de intercambios de parejas y en la intimidad me gusta dejarme hacer, tanto a los chico como a las chica, ya que me cuesta decir "no".

He de reconocer que soy infiel por naturaleza, pues mantengo una relación con un chico al cual no le importa mi personalidad siempre que sea discreta. (Ambos mantenemos una relación paralela a la nuestra, como norma no nos relacionamos con chicas/chicos de nuestra misma ciudad).

Aunque ya me descrito en mi anterior relato, me describiré chica de 21 años, bisexual, actualmente morena (teñida pues era pelirroja), ojos castaños, mido 1.75 cm., medidas 90 / 59 / 88 aproximadamente. Suelo frecuentar las páginas de contactos de www.explanada.com, entre otras, suelo ir casi todo los fines de semana a club de intercambios de parejas (como entre otros el Guarana, situado en el polígono Pisa en Mairena del Aljarafe), obteniendo muchos contactos bastantes satisfactorios en la mayoría, llegando a practicar hasta tríos, y últimamente me he desplazado fuera a mantener algún que otro contacto. (Como he comentado antes, prefiero que sean de chicos de fuera de mi provincia)

Os tengo que reconocer que tanto mis piernas como mi trasero es lo que más me gusta e incluso a mi me gusta acariciármelo. Soy conciente que mi forma de vestir me hace más destacable para ser manoseada, pero es algo que me excita enormemente.

Me gusta vestir elegante, ya que soy coqueta por naturaleza. No soy ni exhibicionista, ni fetichista, ni me gusta vestir como una "puta", por mucho que me guste calentar a todo macho que este cerca de mí. Intento hacer realidad todas mis fantasía que son muchas, pues tengo bastantes sueños eróticos los cuales son tan reales que me levanto muy mojada, con ganas de poder satisfacerme y ante la imposibilidad de la hora me tengo que conectar al Messenger para poder masturbarme con las charlas de algunos amigos asta que logro alcanzar varias veces mis orgasmos, como habéis notado soy multiorgasmica.

Me gusta coger el transporte publico en horas puntas pues son aquellos donde puedo hacer realidad mis fantasías, mi vicio. También se como me dicen algunas de mis amigas que yo soy la culpable que luego los hombres se crean el derecho de poder manosearnos, me dicen que tengo algún problema psicológico o mental.

Os quiero contar mis experiencia en estos lugares, este episodio me ocurrió no hace mucho tiempo, pues como afición que tengo busco la manera de poder disfrutar, más adelante os iré contando a medida que me lo vayáis pidiendo.

Me ocurrió cierto día, cuando estaba en la oficina, nos llego un obra el cual me pidieron que me trasladara al lugar indicado para verificarla. Me dieron los detalles, me aconsejaron que me fuera con mi vehiculo asta la estación de tren, para coger un cercanía, dejando el coche estacionado. Luego me fuera al andén donde cogiera mi cercanía asta el lugar de la obra donde al llegar me recogerían. (El motivo de hacer esto era el ir más cómodo, quitarme tráfico y ahorrarme gasolina) Seguí las indicaciones y esto me ocurrió.

Nada mas levantarme sobre las 7:00 de la mañana, me duche, me arregle colocándome una falda hasta las rodillas bueno un poco más corta, con medias negras tipo liga, una suéter de cuello largo negro y un abrigo pues hace frió a esas horas. Coji el coche asta llegar a la estación, estacione mi coche, me dirigí hacía el anden a coger el cercanía situándome al fondo del vagón.

Como es costumbre en mi, me situé donde me gusta al fondo detrás de los últimos asientos, me coloque mis auriculares quedándome inmersa en la música, me apoye en el pasamano pegado a la luna del vagón, mirando el paisaje por el cristal.

No había mucha gente por lo que no tuve problemas de colocarme donde me gusta, el vagón lo repletaba chicos y chicas sentados al principio seguramente estos irían al institutos, los típicos pasajeros que se disponían a trasladarme a los pueblos cercanos, ancianos, mujeres, hombres estos últimos por su forma de vestir de alguna empresa de la construcción.

Se puso en marcha pero nada más moverse se detuvo a los 5 minutos, en la siguiente estación donde salieron algunos chicos pero entraron el doble de personas, situándose la gran mayoría al fondo. Entre la calefacción y el calor de tantos cuerpos unidos, me entro bastante calor y mas con el abrigo puesto por lo que como pude me quite el abrigo para colocarlo sobre el asiento al cual estaba yo apoyada. En mis movimientos a la hora de quitármelos le gusto a algunos a otros tuve que molestarle no era mi intención, pero después me disculpe con alguna sonrisa.

El cercanía se detenía varias veces pero no estaba más de 4 o 5 minutos parado poniéndose de nuevo en marcha. No paso mucho tiempo cuando me siento observada, por el reflejo del cristal me fije como me miraban mas de uno a mí alrededor, empezando a humedecerme ya que imaginaba sus manos en mi cuerpo.

Me fije en un par de hombres uno de ellos en especial pues tenía unos ojos preciosos, tendría al menos 36 años mas o menos, se coloco detrás mía, notaba muy cerca su presencia, sentí mi corazón acelerar pues hacia un tiempo que no me ocurría nada excitante. Empecé a moverme como si fuera al compás de la música a contonear mi cintura, moviendo mi trasero en otras palabras a provocar. Pero me detuve al sentir sus manos en mí, note fugazmente como me pasaban sus dedos por mis nalgas, retire mis nalgas hacia delante, fingiendo que me había dado cuenta pero no le dije nada.

De nuevo volvió a colocarme la palma de la mano sobre mis nalgas, esta vez fue mas descarado sentí pasaba su mano sobre mi glúteo recorriéndolo hacia abajo para subirla recorriendo la raja que las une. Rápidamente situé mi brazo hacia atrás, retirando la mano intrusa, girándome para ver quien era el autor pero nada ver al chico con esos ojazos no pude decirle nada, me quede muda por el temor a forma el escándalo. Se quedo quieto un par de minutos, hasta de nuevo volver a la carga.

Sentí como deslizaba sus dedos por mis nalgas, aprovechaba el traqueteo del vagón para sus caricias, sus manoseos eran cada vez más suaves con tacto sin presionar. Eche de nuevo mi brazo hacia atrás para retirar su mano, dejando mi brazo pegado a mi espalda a modo de guardián, comentándole “su cara dura”, pero el me contesto con una sonrisa.

Me sentía cada vez mas excitada, dejando cada vez mas de reprocharle su abuso hacia mi, me quede en silencio, aunque creo que el lo entendió como un consentimiento a dejarme hacer, aun más cuando retire mi brazo. Deslizo su mano sobre mi nalga acariciándola recorriendo mis glúteos, bajando hacia abajo hasta tocar el principio de mis muslos, siempre por encima de mi falda. Me fue acariciando mis muslo, recorriéndolos, introduciendo su mano hacía el interior hacia mi entre pierna. De nuevo moví mi brazo hacia atrás pero me detuve, no os puedo explicar el por que, quizás sería por que quería sentir asta donde llegaría su acción.

Me empezaba a gustar, sentía la húmeda de mi rajita, por lo que deje que su mano se deslizara por mis muslos, acariciaba por mi piel encima de mis medias, detenido por la finalidad de la longitud de su brazo volviendo a subir de la misma manera asta pararse en el final de mis medias tocando la liga con la yema de sus dedos. Sentí como me trasmitía su calor a través de la palma de su mano, al subir su mano de mis muslos hacia mis nalgas, empezó a subir mi falda arrastrándola con sus manos. Mi idea no era ser el centro de atención de los demás pasajeros, por lo que rápidamente dirigí mi brazo hacia atrás deteniendo su acción, retirando su mano y deje caer mi falda.

Su otra mano hasta ese momento inmóvil la coloco sobre mi cintura, recorriendo mi muslo hasta sentir como introducía hasta tocar mis nalgas, posándola sobre mis braguitas. Le deje hacer pues sabía que inútil resistirme, asimile la situación pues todavía me quedaba un rato asta llegar a mi destino y solo me quedaba disfrutar. Se acerco aun mas hacia mi, sintiéndolo bien pegado a mi por detrás, note como coloco su bulto bastante prominente contra mis glúteos, su respiración agitada sobre mi oído, muy cerca de mi rostro.

Una de sus manos recorría mi muslo, recorriéndolo primero desde atrás para girarla e introducirla por la parte interior de mi muslo hacia mi ingle, rozando levemente mi vagina por encima de mis braguitas ya bastante húmedas, me fue recorriendo mi entrepierna tocando levemente mi vulva, frotando muy suavemente en círculos, aprovechaba el traqueteo de las vías para frotarme con bastante insistencia. No se como explicarlo pero tuve un orgasmo bestial en ese momento, no pude resistirme por mucho que aguante.

Nada más sentirlo sin apenas controlarlo, eche mi cuerpo hacía atrás casi por inercia chocando mis nalgas contra el bulto, este aprovecho la situación también para sujetarme por mi vientre fuertemente contra el, para frotarse contra mis nalgas descaradamente. Me sentí bastante avergonzada, aunque he de reconocerlo aun mas excitada que antes, pero esa sensación de haber echo algo prohibido me calentó aun mas. Levante mi vista hacia delante, primero temía haber sido descubierta, aunque a estas altura ya daba lo mismo.

Las personas que se hallaban en el vagón algunos estaban dormidos, otros estaba exhorto entre la música, las charlas o en sus pensamientos. Gire mi cabeza hacia atrás, fijando mi vista en varios chicos que estaban pendientes de nuestra acción, me quede sorprendida pues uno de ellos se tocaba por encima del pantalón su bulto, empecé a sentir mucha excitación, aunque he de admitirlo me atraía esa sensación y el morbo.

Creí que hay se acababa todo cuando comenzó de nuevo, su mano izquierda la cual seguía introducida debajo de mi falda, la poso sobre mi vagina comenzando a frotar mi vulva, por sus movimientos lentos hacia mi ingle reflejaba la búsqueda de la costura de mis braguitas, alcanzándola e introduciendo sus dedos por debajo, note sus yemas como empezaron a recorrer mis labios vaginales hinchados por la excitación, produciéndome un escalofrío por lo que tuve que morderme mis labios por no emitir algún gemido y delatarme.

El cercanía volvió de nuevo a hacer un movimiento brusco, perdí el equilibrio por la postura, por lo que tuve que agarrarme rápidamente con mi brazo izquierdo al pasamanos del techo, mientras que con la otra me tuve que sujetarme fuertemente al pasamanos que estaba en el respaldar del asiento. Mientras el chico seguía acariciándome con su mano izquierda en el interior de mis braguitas mi vagina, sus dedos se introducían fácilmente gracias a lo mojada que estaba, recorriendo mis labios vaginales, resbalando por lo húmedos que estaban e introduciéndose fácilmente. Sin parar en su acción coloco su mano directamente encima de mi hombrigo sobre mi suéter, introduciéndose por debajo de este notando como sus dedos desnudos rozaba mi piel, que placer me estaba produciendo. Eche mi cabeza hacia atrás, rogándole que se detuviera, pero se notaba que el chico disfrutaba con mi disfrute.

Su mano la fue deslizando por debajo de mi suéter, recorriendo mi vientre hacía mis pechos, chocando con la aureola de mi sujetador. De nuevo el vagón hizo un movimientos brusco (me acordaba de la familia del conductor mas de una vez), aprovecho el chico para abusar aun mas de mi, al notar como tiro de mis braguitas hacía abajo dejándomela a medio muslo, haciéndome sentir desnuda. No os puedo decir que no quería, pero quise sentir algo más que su mano en mí, aunque temí ser sorprendida por algún conocido. No se detuvo ni cuando el cercanía llegaba a una nueva estación, para relevar a los pasajeros.

Me sentía muy excitada pues mis bragas permanecían a medio muslo, su mano permanecía acariciando muy suavemente mi vagina, frotaba mi vulva con su dedo. El sentir como estaba siendo acariciada mis desnudas nalgas, mientras me pellizcaba mis glúteos era fantástico, y se acentuaba mas cuando empezó a recorrer la rajita de mi vagina con mi culito, acariciando este mi ojete. Era la atracción de ese día, me sentía observada. Me hizo salir del trance, al sentir como presionaba sus dedos suavemente mi clítoris introduciendo sus dedos dentro.

Esta sensación era la que me hace buscar en cada viaje, cine o cualquier sitio público una mano que me pueda satisfacer, esa sensación de ser manoseada o acariciada tanto si es consentido o no es enormemente satisfactorio, no os puedo explicar por que. La respiración se me acelera, el pulso se me dispara, disfruto en silencio.

Sentía como sus dedos me taladraba, como me penetraba sentía como presionaba sin fuerza, hundía sus dedos en mi vagina con movimientos muy lentos pausado sobre mi vulva, frotándome en círculos, rápidamente dirigí mi mano hacia mi entre pierna pues sentía como me venia un nuevo orgasmo, tan intenso como el anterior, presione con la palma de mi mano sobre la suya sintiendo como me corría e intruso sentí como recorría mis muslos.

Eche mi rostro hacia un lado dejando caer mi cabeza sobre mi brazo que estaba sujetándome al pasamano del techo, tuve que morderme el brazo para poder silenciar mis gemidos, mi placer por el orgasmo alcanzado, cerré mis ojos pues era tal el estremecimiento que me causo que casi me caigo.

El manoseador se detuvo, dejándome con las bragas a medio muslo mientras me sentía bastante satisfecha, en segundos desapareció ese intruso que durante todo en trayecto me estuvo trabajando. Como pude trate de acomodar mi falda, mi suéter y mis bragas. Me sentía como si hubiera corrido un maratón pues mi respiración estaba muy acelerada, y estaba muy nerviosa.

Nada más girarme mi agresor se había bajado sería su parada, me dejo con mi vagina irritada de los orgasmos producidos, con mi brazo amoratado por los bocados que me di por silenciar mus gemidos.

Por la megafonía anuncio mi parada, por lo que rápidamente atravesé como pude la maraña de personas hasta llegar a la puerta, aprovechando algunos para manosearme a su paso. Las puertas se abrieron, bajándome para dirigirme hacia los aseos y después buscar a la persona que debía de recogerme.

Una vez acabe mí jornada laboral regrese a casa pero algo decepcionada pues mi jefe me llevo en su auto. Espero que os haya gustado, si queréis que siga contaros me lo decís pues tengo una que fue con una chica. Aquellos que quieran contarme, cualquier cosa os dejo mí email: susanabix@hotmail.com

Mi Primera vez con una Mujer

Mi Primera vez con una Mujer

Hola de nuevo, ante todo gracias a todos los que me habéis escrito. Os voy a contar una experiencia que tuve, ya fue publicada por un buen amigo según le conté.

Me llamo Susana, como sabéis de mí soy una chica muy morbosa, me atraen los sitios públicos, los púb de intercambios de parejas y en la intimidad me gusta dejarme hacer, tanto a los chico como a las chica, ya que me cuesta decir "no".

He de reconocer que soy infiel por naturaleza, pues mantengo una relación con un chico al cual no le importa mi personalidad siempre que sea discreta, y con una chica la cual se llama Ángel, es enormemente celosa, es lesbiana y es mi primer amor como chica.

Aunque ya me descrito en mi anterior relato, me describiré chica de 21 años bisexual, morena (teñida pues antes era pelirroja), ojos castaños, 1.75 cm., mis medidas 90 / 59 / 88 aproximadamente. Suelo frecuentar las páginas de contactos de www.explanada.com, entre otras y suelo ir los fines de semana a un club de intercambios de parejas (Guarana en el polígono Pisa, entre otros), obteniendo muchos contactos muy satisfactorios en su mayoría, llegando a practicar tríos, y lo que surja.

Me gusta vestir elegante, ya que soy coqueta por naturaleza. No soy ni exhibicionista, ni fetichista, ni me gusta vestir como una puta, por mucho que me guste calentar a todo macho que este cerca de mí. No seguiré más enrollándome sobre mí, por lo que empezare a contaros mi historia. Por aquel entonces virgen no era, ya que deje de hacerlo hace bastante tiempo y tampoco era tan abierta de mente como hoy en día.

Me ocurrió cuando contaba con solo 19 años, lo recuerdo bastante bien ya que fue el día de mi cumpleaños. Quede con unas amigas para celebrarlo, primero nos iríamos de copas para terminar en la discoteca. Me arregle poniéndome bien guapa (no tan provocativa como suelo ir ahora), lo necesario para intentar atraer algún chico con quien pueda esa noche pasármelo lo mejor que pueda, y de paso acabar en una cama que no sea la mía.

En el transcurso de la noche nos recorrimos algunos bares, para hacer tiempo antes de entrar en la discoteca. Empezamos a beber (bastante para mi parecer), pero entre copa y copa no recuerdo como conocí a un chaval (Ángel), bastante atractivo el cual nada mas verlo se me caía la baba. Le comente a mis amigas que iba por el, si en el caso que se fueran que lo hiciera sin mi, ya que esperaba acabar con el chico en cualquier sitio follando si pudiera, por lo que si no me encontraban que se marcharan, que no se preocupará por mí.

Me fui acercando al chico poco a poco bailando alrededor de el, en forma muy provocativa. Era un chico muy guapo, su cabello de color negro y corto, no muy alto, ancho de pecho mientras que su físico era delgado, me atrajo sus ojos preciosos negro azabache, iba vestido de cuero tanto pantalón como chaqueta y debajo una camiseta negra también. Este no me dejaba de mirar, asta que por fin al acercarse me dijo -"me llamo Ángel, tu te llamas"-, a lo que le conteste -"Susana", dando pie a iniciar una conversación entre nosotros.

Me gustaba como se movía pues me fije sobre todo en su entre pierna, al ser un pantalón de cuero el bulto se le marcaba completamente, por lo que me daba de pensar si en la cama se movería igual. Nuestros cuerpos cada vez estaban mas juntos, me dejaba rozar mas de una vez, me gustaba como me acariciar por sus manos suaves. Incluso cuando mis amigas se acercaron para despedirse de mí apenas me di cuenta, ya que entre nosotros se formo como una atmósfera que olía a sexo.

Me hizo reír mas de una vez, su carácter de duro era solo fachada, pues su tacto y su gentileza en varias ocasiones hacia que estuviera a gusto con el, a veces asta protegida. A una cierta hora de la noche pusieron canciones lentas (normalmente para ir echando a la gente), Ángel se acerco por detrás agarrándose fuertemente a mi cuerpo con sus brazos bailando de esta manera, pero me gustaba el sentir su rostro sobre mi cuello, me daba besos muy tiernos y sensuales. Su cuerpo pegado al mió me pegaba su miembro a mis nalgas, sus brazos fueron bajando por mis brazos acariciándome con sus manos, sus dedos recorrían mi piel, en mis pensamientos pedía a gritos llevarlo a una cama.

No me hice rogar pues rápidamente me gire, mientras que con una mano se la puse por detrás de su nuca atrayendo sus labios a los míos y entregarle mi lengua, mi otra mano la pose sobre sus nalgas apretándolo contra mi, -"lo siento serán las copas"- le dije mientras me deje llevar por la pasión. Ángel me entrego su lengua besándonos con mucha pasión, coloco una de sus manos sobre mis muslo a la altura de mi cintura bajando hacia abajo asta donde su cuerpo le deja alcanzar, y de nuevo volvía a subir pero por el interior de mi muslo asta recorrer la parte interna de mi ingle, le dije -"vamonos a tu casa, o a donde tu quieras llevarme".

Ángel no me contesto solo seguía besando mi cuello, mordisqueándome mi lóbulo lo cual me gusta muchísimo, me dijo -"mira a tu alrededor, veras lo mala que eres"-, haciéndole caso lo hice, era el objeto de atención de muchos chicos de nuestro alrededor, los cuales me miraban con cara de deseo y eso me gustaba aun mas. Juntándose aun mas contra su duro miembro, cogiendome de la mano me dijo -"sígueme"- lo cual lo hice. Nada más salir de la discoteca, me dio un casco indicándome que me montara sobre una moto que estaba estacionada allí.

No se por que le seguí, no lo conocía de nada solamente de este momento, me gustaba el chico y me la jugué montándome en la moto y pegándome a su cuerpo, con mis manos bien sujeta a su cuerpo, asta que llegamos a su casa. Nada bajarnos sin dejar de besarnos, por que no bajara esa calor entre nosotros, nos dirigimos hacia el ascensor sin dejar de acariciarme mi cabello, sus manos me recorría todo mi cuerpo por encima de mi ropa, me gustaba como apretaba mis nalgas como recorría la longitud de mis muslos o como disfrutaba de mi espalda, me hacia gozar de mi cuerpo.

Nada mas entrar en su piso cerró la puerta detrás de mí colocándose detrás sintiendo sus labios en mí nuca volviendo a besar recorriendo mi cuello, sus manos me fue despojando de mi abrigo dejándolo caer al suelo. Ángel prosiguió descendiendo por mi cuerpo asta mi mis muslos introduciendo una de sus manos por debajo posándola por primera vez sobre mi coñito, noto lo húmedo que tenía mi tanguita aunque mas que húmedo lo tenía encharcado.

Me dejaba hacer me trabajaba bastante bien. Coloque una de mis manos sobre su cuello bajando por su pecho por encima de su camiseta, no me dejaba introducirla por debajo, es algo extraño pero me dio igual seguía disfrutando de sus caricias, sus besos. Pero si me dejaba tocar, acariciar su duro miembro la cual acariciaba por toda su longitud, y luego su cintura hacia sus nalgas. Me fue llevando sin dejar de besarme hacia una habitación donde mis riñones choco con lo que parecía la tabla de una mesa, Ángel seguía sin dejarme quitar la ropa por lo que desistí. Me sentía bastante bien pero un poco inútil aunque el no me dejaba de besar, de sentir sus manos calientes, mi entrepierna estaba encharcada.
En un momento que se detuvo coji la iniciativa, me agache rápidamente ante el, empecé a tocar su miembro por encima de su pantalón, -"no dejaba de alabadle, le insinuaba que me iba a destrozar"-, le empecé a darle pequeños mordisquillo por encima de su pantalón por toda su longitud, subiendo asta su hombrigo, lo cual le debe de gustar por que poso su mano por encima de mi cabeza empujándola hacia su bulto.

Empezó a jadear, mostrándome que no era de piedra, le fui abriendo el pantalón, la bragueta y cuando me disponía a introducir la mano en su interior, rápidamente se agacho junto a mi, tirando de mi cuerpo hacía arriba agarrándome de la cintura y colocándome sobre la mesa, recostándome completamente sobre mi, mientras no dejaba de frotarme con su mano por debajo de mi tanga sobre mi vulva con dos dedos, en forma de círculos deje escapar algún que otro jadeo, sus labios en mi cuello me lo recorría con mucha suavidad y tacto.

De nuevo sus manos fue recorriendo mi cuerpo hacia arriba pero con la única diferencia que arrastraba mí vestido hacia arriba, dejando mis pechos con mi sujetador aun puesto a sus ojos no por mucho tiempo. Dejando desprenderme de mi vestido rebitándolo lejos de mí hizo lo propio con el sujetador. Sus labios tiernos, tan suaves como los de un niño pero menos torpe se apodero de mis pechos con mucha delicadeza, su boca recorrió la masa de mis pechos redondeándolos hasta subir a mis pezones, dándome pequeños mordiscos en mis pezones poniéndomelos mas duros de lo que estaban, Ángel es el chico mas dulces que había encontrado, sabia lo que toda mujer desea, no solo el ser penetrada a los diez minutos.

Mientras una de sus manos recorrido de nuevo mi cuerpo posándose sobre mi entre pierna e introduciéndose por el lateral de mi tanguita echándola aun lado, recorriendo mis labios vaginales pasando por la húmeda de mi coñito sus dedos asta mi vulva y después de frotármelos volvía a bajar queriéndomelos introducir sus dedos pero por su nudillos. Me produjo algo de dolor pero leve, eche mi cuerpo hacia arriba asta alcanzar mi boca su cuello dándole un mordisco, le suplicaba que me empezará a penetrar se lo imploraba.

Me fue abriendo mis piernas con suavidad pero coloco una de su manos sobre mi tanga tirándome de el con fuerza dejándome desnuda, para colocar su cabeza entre mis piernas posando su lengua en mi manantial chupándolo con tacto, tragando mi néctar e de reconocer que ningún chico ha logrado hacerme lo que este me estaba produciendo, me sentí en mi interior como se estaba produciendo la reacción de un orgasmo por lo que apreté su cabeza contra mi vagina muy fuerte no queriendo que en ese momento la retirara produciéndome un orgasmo, retorciéndome de gusto, chillando de placer.

Ángel levanto su rostro lo justo para mirarme a los ojos y ver mi cara de satisfacción, mientras seguía con su lengua recorriendo mis labios y jugando con mi vulva. Me sentía derretir, vencida por su manera de hacerlo. No dejaba de agradecérselo, empezó a subir hacia mis pechos besando mi hombrigo cada milímetro, escuche un ruido como si se hubiera caído algo. Pero fui sintiendo como algo se introducía en mi interior, como me iba rellenando por completo, me tuve que sujetar a los bordes de la mesa, por cada vaivén que me embestía me sentía desplazada. Ángel me tenía sujeto por mi cintura controlando sus embestidas.

Su miembro tenia algo, sentía una sensación diferente pero pensaba que se había colocado un preservativo por lo que no le día ninguna importancia. Seguí disfrutando de sus embestidas, que comenzó a pasarme uno de sus dedos por mi orificio anal dejándome hacer. El seguía con su camiseta puesta ni tan siquiera se había desprendió de ella, pensé que era motivo que se arrepentía de su delgado cuerpo. Creo que se dio cuenta que mi mirada se mostraba como pensativa, comenzando a sacarla pasándola por toda mi rajita frotándola de arriba hacia abajo, suplicándole que la volviera a introducir.
Me hizo caso pero a medias pues introdujo su grande solamente, se llevo de esta manera al menos cinco minuto ayudándole frotándome yo misma mi vulva, alcanzando de nuevo un nuevo orgasmo, logrado que me dejara exhausta. Le comentaba lo malvado que era, que donde se había metido todos estos años, echo su cuerpo sobre el mió posaba su rostro caer sobre mi cuerpo, sus labios besaba mi cuerpo pidiéndome mi boca que busque, comenzando a besarme tan dulce como antes.

Es una persona con tanto aguante, no dejaba de penetrarme volviendo a convulsionarme sintiendo un nuevo orgasmo acelerando pues quería que el también alcanzara alguno. Coloco ambas manos sobre mi cintura, ayudándome a bajarme de la mesa pero sin dejar que mirara su miembro. Me hizo girarme a el dándole la espalda, rápidamente adivine lo que pretendía, por lo que rápidamente le pedí -"no por favor"-, pero rehusó escucharme. Solo me dijo -"querrás que me venga no, no te dolerás te lo prometo"-.

No se por que pero me coloque como el me indico, le hice caso. Note mis pechos chocar contra la mesa, sobre esa uniforme plancha pero me sentía excitada pues le estaba dando la espalda a ese hombre tan extraño asta ese día. Sentí sus dedos buscar mi entrada vaginal, extrañada al principio pero me fue entrando la cabeza de su miembro entrar muy despacio, gritando de placer, me fue tranquilizando sus labios sobre mi espalda, como mordisqueaba mis costillas y sentir como ambas manos alrededor de mi cuello y apretaba fuertemente sintiendo sus embestidas, le grite -"que volvía a venirme que no se le ocurriera detenerse"-, acelerando sus movimientos.

Mientras de nuevo sentía como me venia, su mano oprimía mi nalga izquierda y su mano derecha oprimía mi pecho con fuerza, me entro una oleada de placer que me puso todos mis vellos de punta, un escalofrió recorrió mi cuerpo. Note como se quito su camiseta viéndola caer lejos donde estábamos nosotros para mas tarde caer una especie de fajin extraña me quede, pero disfrutando como pues no solo no se había detenido sino que lo hacia muy lentamente.

Echo mi cuerpo hacia arriba girándome mi cabeza levemente buscando mis labios, sacándome su miembro de mi, volvió a girarme para querer penetrarme de nuevo, pero me fije en su pecho desnudo observando como le colgaban unos pequeños pechos al principio me sentía confusa pero me saco de mi trance si previo aviso me penetro de nuevo sintiendo sus genitales de plástico chocar contra mi vagina.

Después de todo el placer que me estaba proporcionando me deje llevar echando mi cuerpo contra el suyo, busque sus pechos comenzando a besárselos y mordisqueando con tanta pasión como el mismo me mostró a mi con sus pezones. Luego busque su boca, pues quería besarla sentir sus labios de chica que era, me baje de la mesa sacándome su verga a la vez que se la pajeaba con la mano y arrodillándome ante el le la introduje en la boca hasta que me dijo que se iba a venir. Del interior de su aparato me lanzo un líquido que sabia a semen caliente, viscoso y muy bueno.

La sensación de besar a una chica no era nueva para mi pero el sentir su cuerpo y hacer el amor con ella si, no tan di referente como un chico, pero demostraba la ternura, suavidad que le falta a todo chico. Cansadas y rendidas no dejamos caer sobre el suelo, abrazadas ambas me quede dormida junto a ella el resto de la noche. Una vez me desperté con el olor a café por la mañana, se disculpo por haberme engañado pero me contó que si me hubiera dicho desde un principio que se trataba de una chica le hubiera rechazado, cuenta razón tenia.

Su apariencia es de un chico, sus circuntacias a llegar a estos extremos eran obvias, lo que le ocurrió hicieron que odiara a los hombres por lo que es lesbiana, hoy día mantengo una relación con ella, es mi chica. Vivo en su casa, compartiendo desde su cama hasta su café, pero lo único que no compartimos son los chicos, por pena por mi parte. Aunque su polla tenga mucho aguante todavía le falta mucho que aprender de las de los chicos, la calentura que desprende la sensación de estar viva es algo que me hace el sentir una cada día.

De nuevo os agradezco vuestros mensajes. Aquellos que queráis contarme algo no perdáis tiempo, pues deseos saber de vosotros y de paso quien sabe... Espero que me relatéis cualquier cosa, os dejo mí email: susanabix@hotmail.com

Sentirse acosada

Sentirse acosada

Hace mucho tiempo que no he escrito nada, aunque ya tengo abierta una cuenta. Sabéis perfectamente quien soy, me llamo Susana.

De mí quien me conoce sabe como soy realmente, los chicos o chicas que han tenido la suerte de haber estado conmigo intimadamente, dicen de mí que soy realmente ardiente, que soy un volcán. Si a esto unimos la morbosidad, que me atraen los sitios públicos y la idea de calentar al personal es un cóctel explosivo.

Me voy a describir como soy si algunos no me conocéis, soy una chica de Sevilla de 21 años, pelirroja, ojos castaños, altura 1.75 cm., peso 74 Kg., mis medidas 90 / 59 / 88 aproximadamente y bisexual. Algunos me conocen de haber entrado en paginas de contactos ya sea por www.explanada.com, www.chueca.com entre otras obteniendo muchos contactos muy satisfactorios en su mayoría, practicando incluso tríos.

Mi forma de vestir a propósito hace que sobre todo los chicos se fijen en mi, el 90% de las veces siempre llevo faldas ya sea sobre las rodillas o cortitas, la ropa interior me chiflan es decir una prenda de lencería en mi piel hace que me excite enormemente. Botas o zapatos de tacón, medias siempre de ligas y demás prendas sexy, me gusta maquillarme y ponerme siempre muy hermosa.

Hace un par de años que no se que me ocurre realmente, me explico me siento con la necesidad de masturbarme pues me siento muy caliente. Desde que me levanto ya humedecida, me siento delante de mi PC antes de irme a trabajar chateando con un amigo el cual me ayuda a excitarme aun mas, pero nada mas en el trayecto a la oficina no me importa quien me pudiera sofocar, pues pretendo que tanto un hombre como una mujer me posea.

Os quiero relatar algo que me ocurrió precisamente gracias por el relato de una amiga, el ser manoseada en un servicio publico (autobús). Cierto día de noviembre bastante temprano un día lluvioso, tuve que coger el cercanías hacia mi oficina ya que el coche me fallo. Ese día aunque estaba lloviendo, no era motivo para mí por no ponerme guapa.

Una vez pague mí ticket espere en el andén a la espera de la llegada del cercanías, que mas nada llegar entre en el último vagón situándome casi en el fondo. Normalmente me gusta ir de pie apoyada al respaldar del último asiento, cuando voy en el bus, pero esta vez había cogido el cercanía por lo que asientos había bastante por la hora que era. Había algunas personas en el vagón, una señora dormida, un chico escuchando música otro leyendo un periódico. Estaba incomoda por lo que me levante del asiento y me dirigí tras este colocándome detrás apoyada entre el respaldar y observando por el cristal el paisaje.

El cercanía se detuvo de nuevo llegada a una nueva estación, subiendo precisamente en el vagón un señor mayor con aires de intelectual, algo atractivo y vestido de sport. De lejos lo mire de arriba hacia abajo, volviendo a mis pensamientos y a la música que escuchaba gracias a mi móvil. Este se dirigió hacia donde yo me encontraba, colocándose al lado mía en un principio pensé con tanto sitio en el vagón y se tiene que venirse hacia aquí, en verdad no me molestaba pero no se me resultaba raro. Me sentí observada varias veces, mirando yo hacia atrás retirando este su mirada de mi, me sentía alagada.

Miraba hacia adelante por ver si nos observaba alguien, hizo un movimiento que al principio no entendí, por el reflejo de la luna del vagón vi como se alzaba casi de puntillas moviendo el retrovisor. Pero seguí recostada sobre el asiento escuchando la música de mi móvil, empecé sin darme cuenta a contonear mi cuerpo al ritmo de la música, no me di cuenta que estaba llamando la atención. Por el reflejo del cristal me di cuenta como me miraba, una chica y la forma de vestir que llevaba estaba seguramente provocando y aun mas cuando nada mas entrar en el vagón me quite el abrigo largo que llevaba, gracias al calor de la calefacción.

Empecé a notar como este sujeto cada vez mas cerca, notaba su presencia y ese olor a colonia. Note como de forma superficial pasaba su mano por encima de mis nalgas con una disculpa por su parte, pero no le respondía. Pero poco a poco fue cada vez mas insistiendo en sus tocamientos cada vez mas descarados, le mire con cara de pocos amigos y le aparte la mano de mala manera. De nuevo volvió a comenzar levantándome la falda desde atrás, que rápidamente echaba mi mano derecha hacia atrás para bajármela y apartar su mano.

Os debo reconocer que me estaba gustando la situación, me estaba entrando un cosquilleo el cual me estaba calentando, sentí como me estaba humedeciendo.
Volvió a posar su mano sobre mis nalgas apretándome fuertemente uno de mis glúteos, me volví advirtiéndole -"por favor me quiere dejar en paz"-, se lo dije con un tono casi amenazante, pues en verdad no quiero armar un escándalo, pues en vez de quedar como una inocente chiquilla quedaría por mi atuendo como una calentona.

Durante unos 10 minutos me dejo en paz pero de nuevo lo sentí detrás mía, colocándose casi de lado, atacando de nuevo. Estiro su brazo izquierdo por delante de mi cuerpo, posándola sobre mi vientre por encima de mi falda, aprovechando que gracias a los asientos estaba resguardado y que en mi mano izquierda tenia cogido el móvil. Rápidamente dirigí mi mano a apartar la mano del intruso, pero en eso siento como su mano derecha se cuela por debajo de mi falda, tocando mis nalgas por encima de mis braguitas echándola hacia un lado.

Ante este acoso solté el móvil dejándolo colgado de mi cuello para intentar quitar su mano, mientras que la de delante insistía en introducir la mano por debajo de la falda pero siendo broqueado por mi mano, me sujeto por la muñeca. Me sentía manoseada por ese hombre por mis partes inferiores, mientras de nuevo siento que la mano que me tiene sujeta por mi muñeca me suelta, introduciéndome de nuevo su mano por debajo de mi falda desde delante hacia atrás recorriendo mi rajita y notando mi húmeda.

Su mano derecha descaradamente estaba posada sobre mis nalgas por encima de mis braguitas, comenzando a recorrer y buscar el borde de esta no siendo tan difícil siendo un tanga, hasta introducirse por el lado de la costura y notar sus dedos como empieza a tocar mi coñito, a hurgar en mi interior haciéndome estremecer e inclinarme del gusto.

Poco a poco por mi parte empiezo a dejarme hacer, aunque intentaba retirar sus manos no lo hacia con demasiada decisión. Una de sus manos la de mi trasero fue bajando por mis muslos recorriéndomelos gustándome sus caricias, cuando esta subía de nuevo para introducirse dentro de mi vagina y haciéndome llegar a un maravilloso orgasmo, su mano derecha que ocupaba mi vulva desde delante frotándome muy suavemente. Empezó a subir por mi vientre hacia mi abdomen e introduciendo la mano por debajo de la blusa alcanzo mis pechos.

Me producía temor mirar hacia delante por si alguien nos estuviera observando, mientras que este hombre me acosaba y la verdad es que me gustaba. El notar esos dedos anchos y ásperos en mi interior me produjo de nuevo un segundo orgasmo, el cual acercándose el a mi oído y en forma de susurro me dijo -"sabia que te gustaba, si quieres mas te espero mañana", acabo por decirme mientras me coloco varios de sus dedos húmedos en mis labios, olían a mi jugo entre abrí la boca y se los limpie. Me quede con una duda y rápidamente eche mi mano hacia abajo a su entrepierna, notando su bulto, notaba como su miembro estaba duro, no me importaba como fuera pero me dejo con las ganas de probarlo, y bastante satisfecha con dos orgasmo logrados.

Una vez en el trabajo, donde antes tuve que entrar en los servicios a prepararme un poco se me hizo muy larga la jornada, deseaba llegar a casa y chatear con algún amigo o amiga y contarle lo ocurrido. Pero en vez de eso quede con una amiga, a la cual se lo conté y la muy puta me animo a volver a hacerlo pero con la condición que ella debía de acompañarme, como testigo y observadora. Pero eso ya os lo contaré en otra ocasión.

Aquellos que quieran contarme, relatarme, o cualquier cosa os dejo mí email: susanabix@hotmail.com